Capítulo 31: Expedición al Río Manso y la telesilla Del Bosque

En febrero de 1994 tuvimos la  visita de mi prima Claire con su hija Madine acompañada de una amiga.

Claire con Michel y Bernadette.
Michel y Miguel, mostrando a Claire como producían el “Chocolate Los Tres Mosqueteros” 
Claire y Madine visitan nuestro aserradero.

Ellas veían como y de que vivíamos en nuestro país de adopción. Aprovechamos para tomar algunos días de vacaciones con ellas a bordo de nuestro Palacio Móvil. Pasamos una primera noche en la desembocadura del Limay, cenando en el Boliche Viejo dónde ellas aprendieron un poco de historia sobre los primeros pioneros. Al segundo día, nos dirigimos en dirección a El Bolsón, dónde esperábamos encontrar a Tom y Cristina vendiendo sus waffles en la feria local.  

Como hacía tiempo que quería visitar mi amigo barilochense Beto Zimmerman, que había ido a vivir al borde del Río Manso, decidimos pasar a verlo. Beto se había escapado del nuevo Bariloche con sus edificios altos y los inconvenientes producidos por la gran densidad de habitantes. Para Beto, Bariloche se había hecho inviable, a pesar que en estos años era todavía muchísimo más tranquilo de lo que es hoy. Parece que a las autoridades municipales no les importaba la calidad de vida de sus contribuyentes y no les importa amontonarlos en un espacio urbano inhóspito, lo que para mí es imperdonable, teniendo tanto espacio en la inmensa Patagonia, dónde podrían planificar hermosos barrios residenciales como se encuentran en muchas partes del mundo. Beto había decidido retirarse de esta aglomeración y había conseguido un campito a la orilla del Río Manso, entre Bariloche y el Bolsón, dónde pudimos llegar, no sin dificultades con nuestra casa rodante por una huella muy angosta, bordeando el Río Manso. Podíamos haber volcado en el Río. Por suerte llegamos bien y Beto nos recibió con un mate y todos los honores en su nuevo domicilio. Cuando mi prima lo vio, me hizo el comentario que parecía al famoso “Tournesol” de las historietas de Tintín. 

Ya en su juventud, había fabricado un motor de motocicleta de carrera con el cual su hermano ganaba todas las carreras de velocidad sobre ruta.

Nos encontramos con Don Beto en su Mini Estancia.

Había instalado su taller al lado de su casa. Su primera obra había sido la realización de un puente para permitir a los  pobladores cruzar el Río. La escuela se encontraba del otro lado y los chicos de sus vecinos no podían llegar. Sus vecinos, muchos eran descendientes de los araucanos que vivían con pocos animales, en condiciones muy precarias. Como segunda obra, Beto fabricó una turbina hidroeléctrica para tener luz en su casa, pero también para sus vecinos. Ellos a pesar de recibir gratuitamente  esa energía, seguían robándole sus gallinas cuando se ausentaba. Para ellos, él era el rico a quien le sobraba tiempo y dinero y ellos los pobres a quienes les faltaban todo.

Édouard cruzando el Rio Manso sobre el puente de Beto.
La turbina Home-Made de Beto

Beto fabricó también en su taller un vehículo anfibio con el cual proyectaba llegar a Chile subiendo por el valle del Río Manso, cruzando varias veces el curso del agua. Fue el primer auto que iba a cruzar la Cordillera por ese futuro pasaje internacional.

Beto al volante de su prototipo.

Desgraciadamente Beto falleció. Por suerte su hija, ingeniera agrónoma, vive actualmente en la propiedad con su familia. Sin duda que ahora en ese rincón cordillerano está naciendo un pueblito como era Villa La Angostura en sus primeros años.  

Después de esta interesante y simpática visita a Beto, seguimos nuestra expedición hacia El Bolsón dónde nos encontramos con uno de los Tres Mosqueteros, Tom y su mujer Cristina. Tuvimos el placer de invitarlos a cenar a bordo de nuestro palacio rodante. Mi prima Claire estaba encantada de descubrir estos habitantes cordilleranos originales, de los cuales éramos parte, con sus diversas actividades, entre las cuales la  producción de Waffles de Bruselas, en un lugar tan lejos de Bélgica.

Al día siguiente después de un desayuno con Waffles, seguimos en dirección de Esquel a conocer el pueblito de Trevelin, ex colonia  galesa que llegó allí después de haber creado una primera colonia sobre la costa del Atlántico en 1865. Mucho antes de la conquista del desierto, viviendo en una extrema pobreza, pero con una fe ejemplar y buena relación con los indígenas. Gracias a ellos, descubrieron en 1885 ese lugar al pie de la Cordillera, dónde sembraron trigo y crearon el pueblo de Trevelin.

Después de un instructivo día en el lugar, aprendiendo la historia de estos valientes galeses, Claire, Madine y su amiga tomaban un bus en Esquel para llegar a tiempo a un casamiento en Santiago de Chile. Por nuestro lado, volvíamos a casa, contentos de nuestra segunda expedición en casa rodante.

Quince días después de nuestro regreso llegaba de Chile Henri-Jean, el hijo mayor de Claire acompañado de tres amigos. Ellos, después de haber  participado al casamiento, decidieron venir a conocer nuestro entorno. Paul, Hélène y Edouard imitaron la guía de Trevelin para mostrarles los Panoramas del Cerro Bayo, sus instalaciones y el Bosque de los Arrayanes.

El 28 de marzo 1994, Bernadette escribe:   “El Sábado se corrió el Enduro en el Cerro Bayo. Por suerte, el buen tiempo acompañó, solamente a las 4 de la tarde empezó la lluvia, al final de la competencia. Jean-Pierre, a pesar de su cansancio debido a la organización, fue a la entrega de premios en la noche. El domingo fuimos en familia a la montaña a ver las mejoras realizadas. Las pistas mejoraron mucho y la nueva instalación de agua se está por terminar, casi un km de zanja tallada en la roca en la orilla del arroyo y un nuevo galpón con taller al lado del T-BAR. Mientras tanto, la municipalidad sigue poniéndonos palos en la rueda, lo que nos hace perder mucho tiempo”.

El nuevo taller de mantenimiento de los pisanieves.

El 27 de abril, Edouard dicta una carta para recordar a su abuela su próximo cumpleaños y pedirle de completar su caja de herramientas. Y agrega: “Hoy tengo mi clase de inglés y no me gusta  ir, pero mamá me obliga”

Édouard festeja su séptimo cumpleaños.

Carta de Bernadette del 17 de junio: “Los  trabajos en el Cerro se están terminando. Esperamos que venga la nieve. La misma pregunta cada año. Este año, Cerro Bayo participó a la exposición anual “EXPOSKI” en Buenos Aires, lo que nos cuesta bastante. Los demás Centros de la provincia hacen una gran  publicidad con grandes estantes que no les cuestan nada porque los paga la Provincia que son los propietarios de estos Centros. En realidad somos nosotros, contribuyentes que pagamos. Nosotros tocamos los fondos de nuestros bolsillos y hacemos este sacrificio para satisfacer los hoteleros del pueblo que piensen que sin eso no vendrá nadie a esquiar, cuando sabemos que no es necesario si seguimos mejorando nuestros servicios, conquistando más clientes de esta manera”.

El nuevo diagrama de pistas, medios de elevaciones y refugios

Para esta temporada de 1994, con materiales traídos de Suiza, se realizaron varias novedades,  entre las cuales un nuevo telesquí en la pista de los debutantes, una nueva estación motor al Pomita 18 y se alargó de 60 metros el Poma Grande, agregando un puente para permitir el cruce de los esquiadores viniendo de la llegada de la Telesilla Principal, para llegar cómodamente al Pomita 18.

El Puente de Poma largo.

En el nivel 1500, al lado de la llegada de la telesilla se agregó un sanitario tanto para el personal como para los esquiadores.      

Local con sanitarios a la derecha de la llegada de la telesilla.
El refugio Tronador con su terraza.

En la base, para esta temporada 1994, habíamos construido un local para los profesores de esquí. Habíamos firmado un contrato con ellos, en el cual figuraba que tenían que entregarnos el 20 % de sus recaudaciones a final de cada temporada. 

La oficina de escuela de Esquí.

En el curso del mes de agosto, apareció en casa un matrimonio de Globetrotters ingleses. Se trataba de un periodista del Financial Times y su esposa, que habían hecho el desafío de realizar la vuelta del mundo, esquiando todos los días en un centro distinto. Lo que no era fácil organizar. Muchas veces, volando de noche para llegar a tiempo en un Centro de Esquí antes de su cierre o en algún caso esquiar en la madrugada, acompañados de unos empleados de un Centro Invernal para no perder sus pasajes aéreos. Parecía el desafío del personaje de Julio Verne que había hecho la puesta de realizar la vuelta del mundo en ochenta días.

Arnie y Lucy, probando los Waffles en el kiosquito de Mirta Schulz en la base.

Lucy escribió para el Financial Times un largo artículo contando la historia del Cerro Bayo, explicando cómo se pudo realizar un verdadero Centro de Esquí con poco capital, pero con buenos principios económicos que no permitían endeudarse. Agregaba  con el humor inglés que nuestro método era “de no comprar el smoking antes de tener los zapatos”  y que eso logró nuestro  éxito.

Lucy termina su artículo con estos comentarios: …JEAN-PIERRE IS STILL VERY MUCH A HANDS ON MANAGER (HE IS PRESIDENT OF THE LIMITED COMPANY THAT NOW RUNS THE SKI AREA), HIS HANDS ARE THOSE OF A MANUAL WORKER ENCRUSTED WITH GREASE AND YOU COULD NEVER TELL LOOKING AT THIS TALL SLIGHTLY GAUNT LOOKING MAN THAT HE WAS THE CHIEF EXECUTIVE OF CERRO BAYO. HIS MOTTO IS “TO LIVE A HAPPY LIFE, LIVE IT HIDDEN”. HE IS VERY MUCH A FAMILY MAN AND WE SPENT A FEW HAPPY HOURS AT HOME WITH THE RAEMDONCKS WATCHING VIDEOS OF THE RESORT AND THEIR PHOTOGRAPH ALBUM SHOWING THE STAGE BY STAGE DEVELOPMENT OF THE RESORT.

Traducción: “Jean-Pierre sigue siendo un administrador muy práctico, sus manos son las de un artesano,  encrustradas de grasa.Y al mirar a este hombre alto y de aspecto un poco demacrado, nunca se podría decir que era el director ejecutivo de Cerro Bayo. Su lema es “Para vivir feliz hay que vivir escondido” Es más bien un hombre atado a su familia, con la cual pasamos buenos momentos. Ahora que esta dirigiendo un negocio exitoso trayendo riqueza a Villa la Angostura, tiene que pelear una batalla con los pequeños funccionarios del pueblo que no pueden empezar a entender los sacrificios y el arduo trabajo que se requirio para hacer del complejo lo que es hoy. Quieren cobrarle más impuestos y han colocada una cabaña de madera a la entrada del camino de acceso a Cerro Bayo, dónde empleados municipales estan todo el día, contando la cantidad de vehículos y pasajeros subiendo al Centro de Esqui. Su batalla está en curso, pero siendo el tipo de hombre que es, simplemente se encoge de hombros y mira al cielo, esperando la ayuda divina necesaria en este país lleno de paradojas”.

Esta parte del articulo me hizó recordar esta casita colocada sobre el camino de acceso para contar los esquiadores. Las autoridades municipales, al vez de agradecer la existencia de nuestra actividad que provocaba un movimiento económico inesperado en la localidad, nos complicaban la vida. Sin pensar que la totalidad de nuestros beneficios se reinvertían en el Cerro. 

Durante este invierno de 1994, Bernadette escribe una larga carta a su hermano Jacques explicándole nuestra vida, incluyendo los buenos resultados escolares de Paul y Hélène y de sus problemas con Édouard: “En cuanto a Édouard, son canas verdes que me da.  No te podes imaginar cómo puede estar opuesto a todo lo que le decimos. Tiene un razonamiento muy lógico para muchas cosas pero reclama porque no hay más vacaciones y menos clases en la escuela. Es imposible trabajar con él en casa, porque terminamos peleándonos. Para él, la escuela es una cosa y la casa otra. Por otra parte está siempre dispuesto de hacer trabajos en el taller, de pintura, entrar leña y ocuparse de la caldera, etc., pero a la escuela va porque está obligado. Es exactamente el retrato de su padre, alto delgado, con iniciativas y sin miedo. ¿Me estoy preguntando lo que será más adelante? (Quién hubiera pensado en aquel entonces que un día, Edouard iba a terminar sus estudios universitarios de medicina con un excelente promedio en todas las materias).    

En el cerro, hicimos muchas mejoras, pero tenemos múltiples problemas con la municipalidad, es un obstáculo tras otro. Es realmente deprimente. Además este año es una verdadera lucha con la nieve, hay muchísima humedad y casi todas las precipitaciones caen en lluvia y la temperatura no está para que nieve ni en la parte alta. Nos están salvando los estudiantes “Tirabolas” de Bariloche. No es la clientela que nos gusta, pero sin ellos no podríamos pagar el personal. Ahora todo es muy caro en Argentina. Hace dos años se implantó el plan de estabilidad monetaria con el peso igual al dólar, algo parecido a la economía suiza, pero ¿por cuánto tiempo? Los impuestos siguen subiendo para alimentar los numerosos funcionarios públicos. Nuestro Intendente hizo un discurso anunciando que su gobierno iba a ser para el pueblo y nos hace la vida imposible. Parece no ver la cantidad de gente que vive del cerro, directamente o indirectamente sin contar las nuevas inversiones en hoteles y en  otras actividades aparecidas desde las temporadas invernales”.

La temporada de 1994 fue difícil. En su principio, no había nieve y la gente nos preguntaba ¿cuándo iba a nevar? Habíamos hecho lo posible para terminar numerosas mejoras, pero sin la nieve no nos servían. 

Los años anteriores, habíamos tenido problemas con el mantenimiento del camino de acceso que correspondía a la municipalidad. Cuando nevaba, la máquina municipal aparecía después de las 11 horas y se encontraba con terribles embotellamientos de coches que no permitía el paso de la máquina. Eso con las excusas del maquinista que tenía la orden de limpiar en primer lugar el camino del cementerio. Para no cambiar el programa del municipio, decidimos comprar una máquina Motoniveladora y que nuestro maquinista se ocupe del mantenimiento del camino entre las 6 y las 9 horas de la mañana.

Era una antigua motoniveladora “Allis Chalmer” que nos costó mucho en reparaciones, pero gracias a ella, a partir de entonces, nos hicimos cargo del mantenimiento del camino de acceso (ruta N° 66 de la Provincia), sin ningún aporte de la comuna ni de la provincia. Cuando nuestro maquinista Heraldo Weisser estaba de franco, Paul y Édouard me acompañaban al mando de esta potente máquina. 

El 31 de agosto de 1994, Bernadette escribe: “Ahora, tenemos un tiempo esplendido, con frío y nieve, pero en esta época son pocos los esquiadores que aprovechan el lujo de tener las pistas a sus disposiciones sin cola en los medios de elevación y con precio de baja temporada. 

Jean-Pierre está trabajando en el proyecto de una segunda telesilla que se llamará “Del Bosque”, que, según las posibilidades financieras, será instalada para la próxima temporada. Todo depende de la parte de “la torta” que nos va a sacar la Municipalidad, la Provincia y la Nación.

El 23 de septiembre, Jean-Pierre viajará a Suiza para terminar sus operaciones de varices y buscar materiales para el Cerro. Alrededor del 8 de Octubre irá a Bélgica para estar en el cumpleaños de 82 años de su mamá y el 13 de octubre volverá a Villa La Angostura”

Maman y sus tres hermanas. Thérèse, Françoise, Nénette y Ella.

Como previsto, el 15 de octubre volví de Europa. Nuestro Presidente Menem anunciaba con optimismo que el país andaba bien, con estabilidad, pero en realidad la Argentina seguía con sus problemas de siempre: déficit del balance entre exportaciones e importaciones, déficit fiscal, costo de vida en aumento, reclamos sociales, etc. El valor del dólar seguía igual al peso, pero los impuestos subían de 200%. Una situación económica que desanimaba los empresarios, entre los cuales muchos estancieros como Marc y Kathleen (Hermana de Jean y Eric Groverman). Ellos, de paso por Andalué, nos contaban que cansados de estas crisis cíclicas, se instalaron en Uruguay, país mejor organizado.

La visita de Marc y Kathleen.

Mientras tanto, a pesar de esta situación económica desastrosa, Villa la Angostura seguía en pleno desarrollo, la ruta pavimentada a Bariloche estaba casi terminada, se estaba instalando un gasoducto y el gas natural iba a llegar en las casas del Cruce. Nuestra zona era privilegiada, parecía un pequeño país independiente, dónde venían a refugiarse varios argentinos cansados de las crisis económicas. Nosotros colaborábamos al desarrollo explosivo de la localidad con mejoras en el Centro de Esquí. Entre las cuales una nueva telesilla. 

Construcción del cimiento de la  estación motor de la Telesilla del Bosque.

Por fin, había llegado la autorización para el desmonte de su trazado y mientras se hacía el volteo de los árboles, empezábamos la construcción de la Estación Motor. 

Durante esta primavera de 1994, la mamá de Jean y de Eric, había sufrido una grave operación. Considerando la gravedad de su estado, Jean recibió la autorización de venir a acompañarla.  Fue una gran sorpresa cuando apareció en casa, sin preaviso, y lo llevamos al Cerro para mostrarle la construcción de los cimientos de la nueva aerosilla. Aprovechamos la ocasión para sacar una foto recuerdo de nuestra persistente amistad, desde el instituto Saint Boniface de Bruselas, hacía 42 años.

En 1994, 42 años después que nos conocimos.
El “Hermano Trapense, Juan Bautista” inspeccionando la obra.

En esta época del explosivo desarrollo de Angostura, mi hermano Michel había empezado la construcción de su hotel “Los Tres Mosqueteros”. Recién había cumplido sus 50 años que habíamos festejado en el comedor de  “Los 3 Mosqueteros”.

Michel, sopla sus 50 velas bajo los aplausos de la asamblea.

Con estos eventos, llegábamos al fin del año 1994, con las fiestas de fin de cursos de inglés, con actuaciones teatrales.  

Édouard actuando en inglés delante del público.

Hélène actuando delante del público.

Mamy llegó a tiempo para festejar Navidad con nosotros.
Navidad 1994 en Andalué. 

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