Capítulo 33: El Viaje a Europa y Fallecimiento de Mamá.

Durante el año 1995,  los chicos soñaban con su próximo viaje a Europa, esperábamos a Maman y a mi hermano Jacques. Poco antes de sus llegadas, apareció John Labouchère, esta vez sin sus caballos, pero acompañado de su mujer Mary a quien John quería mostrar todos los lugares por dónde había sido recibido durante su expedición ecuestre, cinco años antes, cuando salió de Tierra del fuego con tres caballos,

Esperando llegar hasta el Texas, en Estados-Unidos, cuando lo recibimos en Andalué, encantados de escuchar sus aventuras durante sus primeros 2.500 km. 

John y Mary Labouchère en Andalué.

John y Mary, nos pidieron pasar a visitarlos por Inglaterra en nuestro viaje. Lo que encantó a los chicos que iban a poder montar uno de los caballos patagónicos llevado por John en su granja, en recuerdo de la expedición de su vida.

Pocos días después, llegaban Maman y Jacques. Maman presentía que era su última visita. Su estado de salud había empeorado. Fue su última estadía en Villa La Angostura demasiada corta, pero llena de afecto, especialmente para sus nietos.


Foto der.: Maman vestida con mameluco térmico, lista para su ascenso en Telesilla del Cerro Bayo.

Nosotros, por suerte, íbamos a pasar todavía buenos momentos con ella durante nuestro periplo en Europa.

Un evento que no podemos olvidar es cuando Édouard pescó su primera trucha.

Y llegó la fecha del gran Viaje. El 2 de diciembre 1995, Paul y yo nos embarcábamos hacía el viejo continente. Llegados a Madrid, esperamos seis horas la correspondencia para Bordeaux, dónde Jean Zambeaux nos esperaba en el aeropuerto, con su esposa y su espléndida Mercedes.

Pensábamos que estábamos soñando. Jean Zambeaux nos entregaba lo que tenía de más precioso, con todas las recomendaciones. Nuestra primera etapa era Grenoble donde nos esperaba la familia Schipper, que nos había ayudado en la colocación en los contenedores de nuestra primera telesilla. Después de esta visita de cortesía, efectuando una marcha atrás, no me di cuenta de un pequeño poste, rompiendo una óptica trasera de nuestra hermosa Mercedes Benz. El viaje empezaba bien…

En Suiza, pasamos nuestra primera noche en la casa de la mamá de Claude en Villeneuve, en el departamento que tantas veces tuve a mi disposición con las buenas comidas preparadas de buen corazón, para el amigo argentino como me siguen llamando en el Valais.

Cenando con Claude, Renée y uno de sus nietos.

El día siguiente, encontrábamos a Claude en Val d’Illiez dónde recién había llegado con su autobús. Esperando sus pasajeros, nos ofreció una bebida en un bar pintoresco del centro del pueblo. Paul aprovechó la oportunidad para una foto al volante del autobús.

En “Les Crosets”, nos recibieron la familia Trombert en su hotel/restaurante con un buen almuerzo preparado por Nicolás, contento de recordar su expedición en moto, desde Villa La Angostura a Tierra del Fuego y a Valparaíso, en 1992. Nicolás, trabajaba en la cocina del hotel, bajo las órdenes de su padre. En la tarde después de ordenar la cocina, nos llevó a esquiar. A la noche nos esperaba Claude, Erika y sus dos hijos para dormir en su casa después de una excelente fondue de queso. No podíamos estar mejor.

Al día siguiente, pasábamos por el pueblo de Trois Torrents a saludar Norbert Defago y su esposa. Norbert se había jubilado. En 1990 me había transportado la telesilla de Morgins a la estación de ferrocarril de Monthey. Su simpática mujer, estaba siempre tan contenta de recibirme, que no podía no pasar a saludarlos. Norberto nos contaba su operación de cadera, que no era común en 1995. No me imaginaba entonces que iba a tener la misma operación 25 años después. 

En Monthey, pasábamos a depositar en el Banco UBS el cheque que el amigo Filippo Costa nos había entregado en parte de pago de la telesilla que le habíamos vendido para su Centro de Caviahué. Como al día siguiente, me di cuenta que el cheque había sido acreditado a mi cuenta, salimos tranquilos hacia la Suiza alemana, a Flums, dónde nos esperaba Anton Bartholet en su fábrica de máquinas agrícolas y medios de elevaciones. Anton conocía nuestras necesidades y a pesar del problema del idioma, nos daba buenos consejos en alemán con la ayuda de dibujos, mientras su esposa Lisbeth que dirigía la parte administrativa de la empresa familiar, nos servía una cerveza acompañada de suculentos sándwiches de fiambre y queso. Sus dos hijos trabajaban en los talleres y salían a estudiar en el atardecer.

A la mañana siguiente pasamos a confirmar lo que nos interesaba comprar. Después, acompañado por Anton fuimos al Banco de Chur para efectuar el pago y allí tuvimos la sorpresa que el cheque de Filipo Costa no había sido acreditado por falta de fondos. Anton entendió la situación y nos autorizó a pagar cuando tuviéramos el problema solucionado.

Después de eso fuimos al Aeropuerto de Ginebra para recibir Bernadette, Hélène y Édouard. Para nosotros cinco, el Mercedes Benz era ideal para nuestro periplo familiar. Pasamos por Villeneuve para saludar Renée y una hora después nos instalábamos en el Hotel Telecabina de la familia Trombert. Disponíamos de un lujoso departamento al pie de las pistas de esquí “Des Portes du Soleil” (de las Puertas del Sol). 

El primer día, Claude había tomado franco de su servicio de autobús para guiarnos en las distintas pistas y hacernos conocer el famoso Centro de Esquí de Auverñas en Francia, que forma parte del conjunto de las pistas “Les Portes du Soleil”. Auverñas es la Meca del esquí para los parisinos, es un conjunto de inmensos inmuebles departamentos feos, hoteles y boliches bailables. Mientras tanto, Bernadette se había ido a conocer los comercios de Monthey. 

Demostración de producción artesanal de queso en el pueblo de Gruyère.

Al día siguiente, visitamos el castillo de Chillon y salimos a conocer algunos lugares típicos de Suiza como Gruyère y sus quesos, dirigiéndonos poco a poco hacia Bélgica, pasando por Strassbourg para visitar el museo de los Ferrocariles y el museo de los Bomberos que Édouard no podía dejar de conocer.

El museo de los ferrocarriles.
El museo de los bomberos.

Al día siguiente, estábamos en Bélgica listos para emprender las visitas de familiares y amigos.

Con Guy, su papá y su hijo Olivier en su empresa familiar « Fesial » Agente Importador de las Motos Husqvarna.

Quién nos esperaba ansiosamente era mi “Tante Thérèse”. Se  puso muy elegante para recibirnos con una excelente torta.

La hermanita de mi mamá, tan feliz de recibirnos.

Alojábamos en el departamento de Mamy. Con ella festejamos Navidad. El año nuevo, lo festejamos con Maman en la costa del mar.

Navidad en Bruselas
Año Nuevo en Duinbergen

Después de una corta estadía en Duinbergen, tomamos el Ferryboat para ir a visitar nuestros amigos John y Mary en Inglaterra.  

Con John, Mary y sus caballos.
Tomando el “Tea” en casa de John y Mary.

De regreso a Bélgica nos quedaban algunas agradables visitas y cuando nos avisaron que el contenedor estaba en Flums, Paul y yo salimos en tren a verificar la carga del material comprado. 

Nos alojamos en el Hotel de la Estación del Ferrocarril,  el lugar ideal para organizar el cargamento. Paul me ayudaba en ese rompecabezas, combinando la mejor manera para no tener que pedir un segundo contenedor. Tuvimos que  descargar y recargar para que entrara todo. Con un segundo contenedor, el flete hubiera salido el doble. Hay que tener en cuenta que para las tasas de importación se incluye el costo del flete. 

Volvimos a Bruselas para encontrarnos con  Bernadette, Hélène y Édouard, que nos esperaban para salir el día siguiente a Paris, donde Jacques, el hermano de Bernadette nos invitó en su departamento. Visitamos: el Museo del Hombre, la Torre Eiffel, etc. Sin olvidar Euro Disney.

Con los recuerdos mágicos del mundo de Walt Disney, la devolución del buen Mercedes Benz y nuestros agradecimientos a Jean Zambeaux, se terminaba nuestro excelente Euro-Tour.

A principios del año 1996, a nuestro regreso de Europa nos reencontrábamos con la belleza de nuestro amplio espacio patagónico en pleno verano. Todo lo opuesto de lo que habíamos dejado en Europa, pocos días antes. Allí un invierno húmedo y acá un verano seco y caluroso con varios incendios. Uno terrible en el Centro de Esquí Catedral dónde se quemaron varios chalets y una parte del hotel. Otros en plantaciones de pinos y campos, la mayoría provocados por pirómanos.

En 1995, el gas había llegado a Villa La Angostura y muchos habitantes ya lo aprovechaban. Nosotros vivíamos con esta esperanza y habíamos conseguido una caldera a gas que mientras tanto alimentábamos con un “Zeppelín” (tanque de gas envasado) colocado cerca de casa. El gas natural estaba cambiando la vida de la población. La ruta de Bariloche se encontraba casi terminada y viajar confortablemente sobre esta banda asfáltica nos daba una gran felicidad. En el Cerro Bayo la colocación de la Telesilla del Bosque había sido un éxito y Villa la Angostura se transformaba en un pequeño Centro de Esquí familiar muy apreciado. Numerosos nuevos habitantes aparecían con proyectos de hoteles y otras actividades turísticas. Nos preguntábamos si los servicios públicos de electricidad, sanitarios, municipales, etc., iban a poder responder a la demanda de esta ola de nuevos pobladores, entre los cuales unos más exigentes que otros. 

En el Cerro, la telesilla principal tenia cada vez más éxito, nuestro buen Mario animaba los turistas a disfrutar de la vista panorámica del Cerro Bayo, de la cual nadie se lamentaba. Pero no podíamos dormir sobre nuestros logros, teníamos que preparar, lo mejor posible, nuestra próxima temporada. Esperábamos impacientemente el telesquí comprado en Flums. La gran pregunta era la de siempre: ¿Qué iba a ocurrir en la aduana de Buenos Aires? Otra vez habíamos rechazado las exigencias de soborno de los aduaneros que, entonces nos descargaron y recargaron a nuestro costo, todo el contenedor, sin encontrar otra mercadería que la declarada. En estas dos fotos se puede constatar el daño del operativo, realizado por el personal de la aduana.

El contenedor en Suiza
El mismo contenedor después de pasar por la aduana de Buenos Aires.

En febrero de 1996, Bernadette escribe: “Betty fue a llevar sus hijas a Chile, porque el 26 de febrero empiezan las clases. Acá es un gran punto de interrogación. Los profesores amenazan con un paro (En Argentina, estos se han vuelto tan comunes que actualmente parecería anormal que las clases empiecen como previsto. Lo que es normal en otra parte, se vuelve anormal acá).  Durante los días de mal tiempo, Édouard instaló una telesilla en la escalera de casa y a continuación su tren eléctrico hasta su dormitorio. Parece que estamos en Suiza. El domingo pasado fuimos a visitar una familia que vive a mitad de camino entre Angostura y Bariloche”

Se trataba de la propiedad de Doly Frey, hija del famoso Ingeniero Emilio Frey, quién ayudó a Francisco P. Moreno en el final del siglo XIX. Ella apasionada de arqueología, construyó un museo y lo llenó de piedras así como de unos utensilios de los primeros colonos del Nahuel-Huapi. Había tenido la suerte de conocerla en la década de 1970. Era una persona muy culta y generosa como su padre. Su marido con dos amigos, fueron los creadores de la Telesilla del Campanario, situada sobre el camino a Llao-Llao. Hoy día su hijo, en sociedad con los hijos de los amigos de su padre, sigue explotando este magnífico punto panorámico. Cada socio atiende la telesilla durante seis meses, seguido de un año de descanso. Es así como el hijo de Doly encuentra el tiempo para ocuparse con pasión de esta propiedad perdida en la montaña. 

“Desde la ruta es difícil imaginar la propiedad que encontramos allí arriba. Un claro en el bosque, una linda casa con un jardín con flores, árboles frutales, pileta de natación. Todo un trabajo de pionero. A Édouard le prestaron un caballo y ahora sueña con volver”.

A fin de febrero, Jean-Marie llevó Mirta, Nicolás y Pamela a descubrir Bélgica y la familia Van de Moortele. Para no dejar Mamy sola, la trajeron con sus equipajes. Mamy llegó a tiempo para ayudarme a festejar el 19 de marzo mis 58 años. 

Por fin, el telesquí mandado de Flums a principio de enero salió de la aduana. Nos quedaba poco tiempo antes que empiece el mal tiempo. Se trataba de una nueva estación motor y de retorno para el Pomita 18. Desde el principio de este Telesquí con sus torres de madera, hicimos tantas modificaciones que no me puedo recordar todas. 

Los cimientos.
Colocación del sócalo.
Armado final. 

Colocado sobre el filo de la montaña, en pleno viento, nos daba muchos problemas, pero tenía tanta demanda de parte de la mayoría de nuestros esquiadores de nivel intermedio, que no lo podíamos sacar. Lo que habíamos esperado con la colocación de la Telesilla del Bosque, muy protegida del viento.

Durante ese verano, también habíamos emprendido la construcción de un amplio refugio con 40 cuchetas en el nivel 1500 en la pista debutante tres. Para no interrumpir la construcción por las lluvias, nuestra técnica era de empezar la obra por la construcción del techo.  

Francisco dirigiendo la obra.
La construcción del nuevo Refugio a fin de marzo 1996.

El 5 de abril de 1996, Miércoles de la Semana Santa, sonó el teléfono en casa. Era Maman, llamando desde Bélgica para avisarnos que iba a fallecer dentro de dos días, sea el Viernes Santo. Insistía para que no nos preocupemos, porque sabía que estábamos muy ocupados. Este mismo miércoles había invitado sus amigos en el salón de su casa para despedirse de ellos con champagne. Michel había quedado a su lado y como lo había anunciado, falleció el Viernes Santo. Lo único que me quedaba, era de encontrar un pasaje avión lo antes posible. Lo que conseguí solamente para el martes después de Pascua, con salida de Bariloche el lunes a la tarde. Pero el lunes a la mañana, dando mi vuelta habitual en moto en la montaña, pisé con la rueda delantera un pedazo de madera redondo que me desvió al borde del sendero y volé hacia un barranco, dónde aterricé, golpeándome la cabeza contra un tronco. Perdí el conocimiento, me recuperé y bajé en moto a la base. De regreso a casa, Bernadette que había sido avisada por radio, me obligó a ir al hospital. El doctor García quiso dejarme en observación, lo que rechacé, porque tenía que tomar mi avión a la tarde. Bernadette decidió entonces acompañarme hasta Buenos Aires y al día siguiente a Ezeiza. Por suerte todo anduvo bien y en Bruselas  mi prima Claire me llevó a una clínica para hacer una tomografía de la cabeza. Por suerte, mi cabeza se encontraba bien y llegué a tiempo para el entierro. Hasta el último día de su vida, Maman tuvo siempre esta delicadeza de no molestar a nadie, pensando siempre a la felicidad de todos. Después de una misa celebrada en Duinbergen, salimos en caravana hasta el cementerio de Lokeren, dónde sus restos fueron depositados en la bóveda familiar.     

“De naturaleza rica y dotada, lo que marcaba en ella y parecía eliminar todo el resto, era la riqueza de su corazón y sobre todo esta alegría, que en ella era un don de amor.

Ella abrazaba el mundo con su amor y su entusiasmo.

Y la Sabiduría estuvo justificada por todos sus hijos.

El otoño de su vida se transformó en primavera.”

El 5 de Junio, el día de su cumpleaños, Bernadette escribe: “Hoy, son muchos que me tiraron las orejas. No sé lo que las amigas de Hélène tendrán programado para el suyo. Hoy, vuelve Jean-Pierre que tuvo que viajar a Buenos Aires para dar explicaciones en la aduana sobre la importación del telesquí de Flums. A pesar que el material está acá, siguen molestando. Nos amenazan de mandar un inspector para asegurarse que no pongamos el telesquí en funcionamiento antes de su autorización y que tendríamos que pagar el pasaje aéreo, hotel, viático, etc., del inspector. Nos exigieron un certificado de Suiza, justificando que el tamaño de la factura corresponda a las utilizadas en Suiza. Como J-P me explicaba, si no hacemos lo que nos piden, no vamos a poder utilizar el telesquí, conclusión no había otra solución que negociar y entregar bajo la mesa tres mil dólares. Eso, mientras el Presidente Menem grita que los corruptos tienen que ir a la cárcel. ¿Veremos si él será el primero? (El día que algunos dirigentes políticos u otros, pagarán con penas de prisión en cárceles comunes, sin ningún privilegio, el país mostrará un cambio).

“Hace poco, Édouard haciendo gimnasia cayó sobre la cabeza y tuvo una pequeña conmoción (de tal palo tal astilla). En el hospital le hicieron una radiografía, no se notaba ninguna fisura. Una noche, tuve que esperar hasta las 4:30 am, el regreso de un viaje dónde Hélène participó a un torneo de vóley. El autobús se había descompuesto a veinte kilómetros de Villa la Angostura.  El sábado, Paul y Hélène actuaron en una pieza de teatro en inglés. Paul era aduanero, su profesora de inglés le había prestado el vestido de oficial de su marido, que es mucho más chico que Paul. Por suerte no se veían sus piernas. Hélène era dentista. 

Como siempre el tiempo es muy inestable, tuvimos lindos día con mucho frío, después el tiempo se recalentó. Ahora llueve y nieva en la cumbre. En el Cerro Bayo una empresa inglesa está filmando una propaganda para la bebida alcohólica “Metz”. Es inimaginable el costo de los 40 segundos de esta publicidad.

En su carta del 9 de junio de 1996, Bernadette escribe: “Hoy tenemos un día primaveral, eso se vuelve inquietante (La misma inquietud antes de cada invierno)”.

Michel y Françoise Van Ginderdeuren pasaron a visitarnos y nos compraron dos terrenos frente a nuestra casa. Los compraron como inversión inmobiliaria. Como nuestro principal socio en el Cerro Bayo, en esta época, no disponía del dinero para participar en las mejoras en curso, gracias a esta venta pudimos enfrentar las inversiones en curso en el Cerro Bayo. Mientras Villa La Angostura seguía con el viento en popa, el resto del país seguía en crisis.

“Parece que en septiembre, la misma empresa que asfalta la ruta a Bariloche, empezaría a asfaltar la ruta internacional a Chile y que del lado chileno, harían lo mismo”.

En su carta del 14 de julio de 1996, Bernadette escribe: “El barómetro se encuentra entre Buen Tiempo y Muy Seco. Tenemos hermosos días y nada de nieve en el horizonte. Durante diez días pudimos ofrecer algo de esquí a unos brasileros debutantes, pero ahora no queda nada de nieve. Si no cae esta semana o la próxima, será catastrófico tanto para nosotros como para los demás Centros de Esquí.

Las vacaciones escolares de la Provincia empezaron el 6 de julio y terminarán el 21 de julio. Los chicos están desesperados. Esta tarde, Paul y Hélène acompañaran Jean Pierre al Centro de Esquí Catedral a estudiar el funcionamiento de dos cañones de nieve que utilizan en la base de la montaña”.

A fin de julio, por fin llegó la nieve para salvar los gastos de la temporada.

Tomás Vásquez y Ricardo Sánchez abrazados a nuestros dos patrulleros españoles.

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