Capítulo 15: El Poma, nacimiento de Paul y Misa en la Frontera.
En su carta del 31 de marzo de 1980, Bernadette escribía: … “Por el momento, estamos los tres, sobrecargados de trabajo. Yo sigo sola en la ferretería hasta después de Pascua. En cuanto a Jean-Pierre y Jean-Marie, van a empezar el montaje del telesquí que llegó por fin la semana pasada”.
Se trataba de dos grandes contenedores de 16 toneladas cada uno. Desgraciadamente uno de los camiones tuvo un accidente. El chofer había olvidado de asegurar el contenedor al camión, el contenedor se desplazó y volcó cerca de Azul. Era realmente deprimente para nosotros, por una vez que conseguimos algo nuevo, recibir todas las partes delicadas que se encontraban en ese contenedor, arruinadas por una distracción y que íbamos que tener que reparar. En el segundo contenedor estaban las torres, a las cuales no les hubiera pasado nada en este caso.
Bernadette continua: “En Buenos Aires, algunos socios querían que Jean-Pierre alquile una grúa para descargar los contenedores. Pero con cuatro postes de madera de 5 metros, una polea, un aparejo y la ayuda de dos hombres se descargó todo en muy poco tiempo. Jean-Pierre dice que no va a tener demasiados problemas para el montaje.…
Bernadette no paraba de trabajar. Hasta los fines de semana que aprovechaba para hacer dulces cuando no teníamos otro programa.
Carta de Bernadette del 4 de abril de 1980:… “El sábado antes de Pascua, Jean-Pierre tuvo un pequeño accidente con su moto, se cortó una falange del dedo mayor izquierdo”.
Algunos participantes de Mendoza me habían pedido de mostrarles el circuito. Pasando por un sendero estrecho, una rama levantó mi apoyo del pie izquierdo, cuando lo quise enderezar con la mano izquierda, mi mano se acercó al piñón de la cadena (que no tenía protección) y mi dedo se fue a meter entre el piñón y la cadena. La punta del dedo se aplastó, no me quedaba otro que seguir enseguida hasta el hospital, dónde llegué en pocos minutos. El doctor Ricardo Alonso me atendió rápidamente, sacó los pedazos de hueso y suturó la piel. Media hora después, de vuelta en casa contaba a Bernadette mi aventura. Siempre recordaré los dolores durante los tres días siguientes que no me dejaron dormir a pesar de los calmantes. Por suerte no hubo infecciones y la Organización del Enduro salió muy bien.
Bernadette continua: “Por suerte, el día de Pascua y el día del Enduro, el tiempo fue esplendido. En un momento pensábamos que íbamos a tener la presencia del Presidente de la República para largar el primer corredor, pero al final fue su secretario que nos acompañó. Hubiera sido una buena propaganda para el Cerro Bayo. Esta semana empezó a nevar, y caían más de 50 cm arriba en la montaña. Justo ahora que tenemos que armar el telesquí, la nieve podía haber esperado que se termine el montaje”.
Como se van a dar cuenta, el montaje fue una verdadera carrera contra reloj. Las cuatro primeras torres las subimos con nuestros bueyes. Después recurrimos al amigo barilochense Ángel Longaretti que nos salvó con su topadora.
Jean-Marie durante el montaje del telesquí Poma. |
Carta del 6 de mayo de 1980: ….“Jean-Marie se encuentra cada vez más a gusto y trabaja con muchas ganas. El montaje del telesquí sigue su curso. Ya se encuentran todas las torres levantadas y esperamos ahora el técnico que saldrá de Francia el 10 de mayo. La semana pasada, el responsable del refugio nos abandonó.
Carta del 26 de mayo: “En la última consulta, el médico realizó una ecografía, que ya existe en Bariloche, fue muy emocionante, observar a nuestro Bebé”.
Bernadette con Paul en Mayo de 1980. |
“El viaje de Jean-Marie a Buenos Aires anduvo bien y volvió con su documento argentino. Fueron para Jean-Marie, más de tres mil kilómetros de bus para conseguirlo. Pero con la ventaja de conocer la Pampa Argentina”.
“Hace ahora diez días que llegó el técnico de la firma Poma. Se llama José Pereda, francés, hijo de españoles, pero hablando solamente francés. Es una persona que conoce muy bien su trabajo, pero tiene un carácter muy fuerte y quiere tener todo el mundo a sus pies. Exigía que le paguemos todos sus gastos y tenía que disponer de un vehículo. Por suerte no aloja en casa, pero viene a comer. Las piezas olvidadas por la fábrica no llegaron todavía, lo que nos preocupa”.
Se trataba de las ménsulas que se coloquen encima de las torres y que soportan las poleas sobre las cuales pasa el cable. Es decir, que sin eso era imposible seguir el montaje, mientras el invierno se acercaba.
“Después de dos o tres días de buen tiempo, volvió la lluvia y mañana tendremos que ir a Bariloche, para hacer una declaración por el accidente de mi coche, porque lo prestamos al técnico, a quien un taxi lo chocó en las dos puertas derechas”.
Cuando salimos a Bariloche, no andaban los limpiaparabrisas y llovía a cántaros, tuvimos que improvisar un sistema manual con un piolín y un elástico. Sin eso hubiera sido imposible viajar. Dejamos el coche en un chapista y volvimos en bus.
Carta del 13 de junio de 1980: …“Las piezas faltantes del telesquí no llegaron todavía, y hoy el técnico salió para Buenos Aires para ver si era posible retirar de la aduana nuestras piezas que se encuentran en uno de los contenedores de una telecabina, comprada para el Centro de Esquí Chapelco a la firma Poma. Desgraciadamente Chapelco no dispone de los fondos suficientes para pagar la importación de la telecabina, y los contenedores están varados en la aduana. Ya estamos cansados de escuchar las continuas promesas de “Mañana”. Si los contenedores no salen de la aduana la semana que viene, un taller metalúrgico de Neuquén empezará la fabricación de las ménsulas, bajo el control del técnico Poma.
En las cartas del 23 y 25 de junio de 1980, Bernadette cuenta todos los preparativos para el nacimiento, la cuna fabricada en la carpintería y otros detalles.
La cuna de Paul |
En la del 11 de julio, cuenta la neumonía que agarró Jean-Marie en la montaña, por suerte muy bien atendido en el hospital de Villa La Angostura, por su Director Doctor Ricardo Alonso. También encarga varias cosas a sus padres y poder aprovechar del viaje una amiga de Jean-Marie. También traía un poco de agua del Rio Jordán para el bautismo, que los abuelos paternos de Bernadette trajeron de su luna de miel en 1890.
Al final nuestro técnico Poma tomó la decisión, “in extremis”, de hacer fabricar las ménsulas en Neuquén. Después de diez días llegó al Bayo con las preciosas piezas, que íbamos intentar armar a toda velocidad antes de las vacaciones invernales. Pero cuando llegaron las piezas, había nevado más de 60 centímetros y nuestros bueyes no podían subirlas en la nieve. Por suerte, Francisco Gaete se hizo cargar sobre el hombro una ménsula de 80 kg y como un sherpa, las llevó en la nieve una por una a cada torre. Cuando uno sabe lo que es llevar, subiendo en la nieve, una mochila de 10 kg, pueden imaginarse ese sacrificio.
Francisco encima de la torre de tensión. |
Por fin, podíamos armar todos los accesorios. Con el amigo Bruno Pertile habíamos aprendido a hacer los cimientos y ahora con nuestro nuevo “Amigo”, José Pereda, armador oficial de la fábrica Poma aprendimos el oficio de montaje así como la técnica para la unión de los cables.
Día memorable, cuando se colocó el cable del Poma. |
Jean-Pierre ajustando las ruedas de la torre 4. |
Por fin se terminó la instalación del Poma, el 15 de julio con la gran alegría de todos y especialmente de la nuestra, después de tantos sacrificios, todo funcionaba muy bien, a pesar del: camión volcado, las piezas faltantes y el mal tiempo. Qué alegría esas primeras subidas de la base hasta 1500, después de haber subido tantas veces a pie.
Rosie de Elizalde con el champagne en el momento de la inauguración del Poma |
El Poma en pleno funcionamiento. |
Tuvimos muchísimo trabajo durante los días de vacaciones, a pesar de la falta de nieve y el mal tiempo. Y todavía no teníamos pisanieve, obligándonos a pisarla con esquíes después de cada nevada, entremedio de los numerosos tocones de las raíces que se encontraban en la pista.
Esa temporada fue histórica para el pequeño pueblo de Villa la Angostura, en esa época unida al resto del país por un camino de tierra a través de los bosques hasta Bariloche.
De viaje a Bariloche para el nacimiento. |
“Nos encontramos ahora de vacaciones en Bariloche en la espera del feliz acontecimiento. Estamos en el hotel de nuestros amigos Frankie y Alberto Del Piano desde el 31 de julio, porque el tiempo era muy feo. Había nevado mucho y la ruta estaba en un estado lamentable, pozos en cantidades incalculables, barro, etc. Esperemos que la llegada del bebé no sea demasiado larga. Jean-Marie se quedó solo en Villa La Angostura, a dirigir el equipo de la montaña.
Domingo pasado, Jean-Pierre se rompió dos costillas, cayendo desde una altura de tres metros, sobre un tocón de árbol. En el momento, se desmayó, por suerte estaba acompañado. Como me encontraba en el refugio, tuvo el coraje de bajar esquiando para no asustarme. Gracias a eso, tengo ahora mi marido a mi lado. Ayer, fue a Angostura a verificar si todo andaba bien y pagar los sueldos del personal que seguramente se encontraban inquietos de no verme en casa.
Jean-Marie se encuentra cada vez más a gusto acá, ya habla muy bien el castellano, es muy responsable y una vez que termine la temporada de esquí, le enseñaré el trabajo de la ferretería, lo que aliviará el mío”.
Carta de Bernadette del 13 de agosto de 1980: “Todavía bebé se hace esperar. La semana pasada, tuvimos un tiempo lamentable, llovió como nunca, la ruta a Villa La Angostura estuvo cortada durante cuatro días, faltó poco para que la Villa se quede sin electricidad, el camión de gasoil no podía llegar. Hicimos bien de venir a Bariloche antes”.
La próxima carta de Bernadette tiene fecha del 30 de agosto de 1980, diez días después del nacimiento de Paul. Por fin había decidido hacer su aparición el 21 de agosto. Siempre me recordaré ese momento, tan emocionante para un nuevo papá, cuando la enfermera vino a presentarme ese pedacito de hombre con sus ojos celestes.
Creo que no hay felicidad comparable. En la tarde antes del nacimiento, el médico de Bernadette, viéndome impaciente, me hacía buscar cualquier cosa a la farmacia para darme la impresión de ser útil. Y en el atardecer, como bebé no venía, hubo que tomar la decisión de realizar una cesárea. Por suerte todo bien y a partir de ahora somos tres.
En su carta del 7 de septiembre de 1980: … “Esta noche nevó otra vez, así que Jean-Pierre y Jean-Marie me dejaron sola. Ahora, mantenemos la pista abierta solamente para los chicos del pueblo y otros diez esquiadores. Creo que a partir de ahora, Jean-Pierre abrirá solamente los fines de semana. Tenemos mucho trabajo de aserradero y carpintería y tenemos que estar con nuestros empleados. Pensamos vender un terreno más para terminar nuestra casa y comprar más mercadería para la ferretería”
En cuanto al Cerro Bayo, en realidad no era más que un principio de Centro de Esquí. Nuestra buena voluntad así como la de nuestros socios de la Asociación Cerro Bayo, no faltaba, pero nos faltaba experiencia y el dinero necesario para equipar la montaña convenientemente. Nuestro espléndido telesquí estaba mal ubicado, ya que la mejor nieve se encuentra más arriba, con el inconveniente que no había siempre nieve en la base. ¿A que podía entonces servir un telesquí en esas condiciones?
Es así que a pocos días de la inauguración, tomé la decisión de colocar a continuación, nuestro pequeño telesquí portátil para prolongar la pista 300 metros más.
Desde el principio del uso del telesquí Poma, le encontramos la ventaja que en caso de falta de nieve, lo podíamos tomar en la sexta torre y/o en la torre nueve. Lo que no hubiera sido posible con una telesilla.
El “Pomita Jumbomatic” a continuación del “Poma Grande” con la felicidad de los esquiadores. |
Fana al comando del Jumbomatic. |
Tomando la percha en Torre 9. |
Al estar el Cerro Bayo, a una altura de solamente 1780 metros, a orillas de un inmenso lago, que regula el clima, no podíamos esperar abundante nieve todos los inviernos.
Van a ver que a pesar de estos inconvenientes, como poco a poco el Cerro Bayo se convirtió después de veinte años de perseverancia, en un muy lindo Centro de Esquí Nacional con sus ocho telesillas, sus tres telesquíes, sus refugios, restaurantes, sus alquileres de equipamientos, guardería para niños, sala de primeros auxilios, escuela de esquí, sus talleres, sus pisanieves, sus cañones de nieve, etc. y lo más importante de todo: su personal especializado y muy comprometido con el Centro de Esquí y sus esquiadores.
Pero en ese año de 1980, poca gente conocía o había escuchado hablar de Villa la Angostura. En Buenos Aires, muchos nos preguntaban a dónde se encontraba.
Carta de Bernadette del 8 de enero de 1981: … “Si sigue todo como lo previsto, estaremos en nuestra nueva casa en Marzo o Abril. Para la electricidad, nos arreglaremos con un grupo electrógeno”.
Andalué en abril de 1981. |
Este grupo electrógeno era muy difícil de arrancar. Lo que se hacía con una gran manivela y mucha fuerza. O sea una buena gimnasia diaria mientras terminábamos la instalación de la línea de media tensión desde Cumelén. Más de mil metros de línea aérea con sus postes de 9 metros de altura, sus aisladores, un transformador. Todos los gastos a nuestro cargo, bajo el control del gerente del organismo de EPEN en Angostura, Pablo Riechter que nos exigía una instalación impecable. Por suerte, después de haber instalado el telesquí Poma, estábamos bien equipados para colocar los postes y tensar los cables. Un trabajo mucho más simple que armar un medio de elevación. Éramos los primeros habitantes del barrio y teníamos que pagar este derecho de piso. Después, nuestros vecinos pudieron aprovechar gratuitamente de la línea. Encontramos eso injusto, pero el fin justifica los medios y gracias a esa instalación el barrio se valorizó y los vecinos aparecieron.
Sigue la carta de Bernadette: …“Ahora me ayuda en casa la hija mayor de nuestro capataz, Evangelista Quintupuray, padre de diez hijos. Ella, tiene solamente 13 años, es muy capaz y hace todo con mucha gana. El domingo se celebrará una misa arriba en la Cordillera, en el límite entre Chile y Argentina, con el fin que los dos pueblos sigan rezando por la Paz.
La Santa Misa en el límite con Chile, año 1981. |
Picnic de lujo con Monseñor Valdés y Monseñor de Nevares después de la misa, en plena Cordillera. |
Esta primera celebración internacional de la Eucaristía sobre la montaña fue muy emocionante. Los dos pueblos se encontraban en un ambiente fraternal. En esa época, la mayoría de los habitantes de Villa La Angostura habían nacido en Chile donde seguían viviendo sus familiares. A decir la verdad era una reunión más bien chilena que internacional. Los siguientes años se repitieron esas reuniones. Desgraciadamente, años tras años perdía su sentido de encuentro fraternal entre dos países, que casi habían entrado en guerra en 1978. Ya no era lo mismo, varios se encontraban para hacer pequeños negocios, aprovechando que la aduana no podía controlar como se debe tanta gente ese día. Es así, que no se permitieron más esas reuniones.
Durante el verano de 1980/81, seguimos trabajando en el Bayo, esperando ofrecer un mejor servicio durante el próximo invierno. Era importante mejorar la limpieza de la pista al lado del Poma y realizar varias mejoras, entre las cuales un puente debajo de la línea del telesquí, de más de 30 metros de largo, entre la torre 9 y la torre 10, donde los esquiadores de poco peso quedaban colgados.
El puente del Poma, en construcción y terminado durante el invierno de 1981. |
En su carta del 22 de febrero 1981, Bernadette escribe a sus padres: “Paul sigue creciendo muy bien, ya tiene seis meses y cinco dientes. Lo bautizaremos el 8 de marzo. Una lástima que ustedes no estarán”.
Y en su carta del 10 de marzo: …“Paul se portó muy bien durante su bautismo, observando todos los gestos del Padre Ángel. Además de su Padrino Jean-Marie y su madrina Amalia, estuvo bien acompañado. Por suerte el tiempo era hermoso y pudimos hacer nuestra pequeña recepción atrás de casa.
Nadie se olvidó del bautismo de Paul. Nuestros amigos, Quico y Olga Cánepa, así como Beba y Bruno Quintana estaban admirados. Eso salía de lo común en nuestro rinconcito patagónico.
El primero de abril, llevamos Jean-Marie a Osorno, dónde tomaba un bus vía Santiago para embarcarse en un vuelo a Bélgica. No hay duda que tanto para él como para todo el pueblo, Jean-Marie se convirtió en una personalidad fuera de lo común. Su buena educación y honestidad le abría todas las puertas.
Ese viaje de Jean-Marie dejaba a Bernadette sin su ayudante en la ferretería, ni su baby-sitter en otros momentos. Justamente había ocurrido una nueva crisis económica con una devaluación del peso de un 30%, dos días después del cambio de gobierno.
Para situarse en la historia política del país durante estos años, hay que recordarse que en 1976, los militares habían provocado la caída de Isabel Perón y habían tomado el poder. Desde ya varios años, grupos subversivos armados (ERP y Montoneros) provocaban atentados mortales en varias provincias. El objetivo prioritario de los militares era de eliminar estos grupos subversivos. Todos los medios fueron puestos en acción con ese fin, pero desgraciadamente, muchas veces sin ningún respeto de los derechos humanos. Un verdadero terrorismo de Estado, con la desaparición de personas torturadas y asesinadas en Centros clandestinos de las fuerzas armadas.
Villa La Angostura no sufrió demasiado las consecuencias, pero había que cuidarse, porque por ejemplo, un amigo, que había sido denunciado por un vecino por tener en su casa algunos libros de tendencia izquierdista, fue arrestado y guardó un mal recuerdo de las horas que pasó encarcelado. Mientras tanto, escuchábamos lo que pasaba en el país sin darnos cuenta de la gravedad de la situación.
El Presidente de la Nación era el General Videla y su ministro de economía Martínez de Hoz. A partir de 1980 aparece en el país, una nueva crisis económica. Algunos bancos habían dado a sus clientes, tasas de intereses muy altas, a tal punto que convenía más dejar su dinero en el banco que trabajarlo. Esos depósitos crecían, hasta el día que llegó el miedo que contagió a todo el mundo. Los primeros retiraron sus ahorros a tiempo, pero más de 350.000 personas perdieron lo que habían depositado.
Una vez más todo el mundo iba a pagar las consecuencias de esta crisis: miles de desempleados, terrible aumento del costo de la vida, devaluación del peso, la prisa de los especuladores hacía el dólar.
En La Angostura, el dueño de un espléndido chalet en un lote de 600 hectáreas (Inalco), era en gran parte responsable de esta crisis. En pocos años, empezando sin nada había conseguido tener uno de los bancos más grande del país, fue el Banco de Intercambio Regional (BIR), con numerosas sucursales en toda Argentina, más una en Nueva-York y una en Europa. Su entidad bancaria se desarrollaba rápidamente gracias a los numerosos aportes de sus ahorristas. Nunca, un banco había dado intereses tan elevados. El día que cayó en quiebra, su dueño con su familia tuvo que huir del país. Pero nuestra Parroquia quedó agradecida al señor Trozzo por sus donaciones que permitieron a los Padres Oreste y Angelo Tizzani, construir el salón parroquial antes del desastre financiero. También recordamos la pasión de Trozzo que tenía por los perros San Bernardo. Era un criadero de lujo instalado al lado de su chalet, con sala de parto, carne de primera calidad, veterinario, además de todos los cuidados de peluquería y bellezas. Llegó a organizar una exposición con concurso de perros San Bernardo en Bariloche, con todos los gastos pagados a los participantes, llegados del extranjero, con la única condición que cada participante deje su perra.
En marzo de 1981, asume la Presidencia de la Nación el General Roberto Viola, seguida de la devaluación del 30%, mencionada por Bernadette, obligándola a cambiar los precios de los artículos de la ferretería.
Durante la Semana Santa organizamos nuestro segundo Enduro con participantes de Buenos Aires, Mendoza, San Martin, Bariloche, etc. La organización del Enduro del año anterior había hecho ruido promocionando este segundo. Las instalaciones del Bayo se prestaban muy bien para esos eventos, que hacían la felicidad de los participantes, como de sus acompañantes, sponsors, etc., aportando clientes a los hoteles y otros comercios de la localidad. El Cerro Bayo se convertía en uno de los motores de la economía turística de la zona.
Una lectura muy agradable y las fotos acompañan muy bien al relato. Impresionante las obras de montaje, como nos ubican en el tiempo histórico del país y muy lindas las fotos de Paul y su bautismo.
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