Capitulo 50 - Viajando por Argentina

Santi había nacido el 27 de marzo del 2010, él y su madre se encontraban de maravilla.

Primera visita de Santi a Andalué.

Los socios del Club de Tenis "Andalué" aumentaban paulatinamente y no se reunían solamente para jugar al tenis.

Reunión de socios en el Quincho “Matchpoint” de José Luis.

Mientras que en el Cerro Bayo, la instalación de la telecabina, comprada en Suiza en 2007 por nuestros compradores, avanzaba lentamente. La fabricación de las torres se hacían en Bariloche en los talleres de Pablo Secul y una empresa constructora de Buenos Aires (sin experiencia de construcciones en montaña) hacía los cimientos.

Fabricación de una torre de telecabina en los talleres de Pablo Secul en Bariloche.

El 4 de mayo del 2010, Paul nos llamó desde Inglaterra para informarnos que acababa de completar los trámites de inscripción para su Maestría en la Universidad de Reading. Su joven amiga rusa, Anna, acababa de terminar la suya y tuvo que buscar trabajo para obtener una visa de trabajo que le autorizaba a no tener que regresar a Rusia.

El 25 de mayo del 2010, en este gran día para Argentina, Bernadette escribía: “Fiesta del Bicentenario. Ayer por la noche asistimos, por televisión, a la reapertura del Teatro Colón de Buenos Aires. Es maravilloso lo que se presentó en el espectáculo. Hoy, gran día para los jóvenes de ASUMIR, se realiza la inauguración de la carpintería. J-P pronunció un discurso antes de abrir el edificio.  Incluso Anita y Santi estaban allí para acompañar al "Tata", Edouard y Vale también. La inauguración se festejó con un buen "Locro".

El 5 de junio del 2010, Bernadette cumplió sus 60 años. No podíamos dejar pasar esta importante fecha de su vida sin celebrarla con honor. Decidimos darle una agradable sorpresa. Como para el día de sus 50 años tuvimos que actuar una vez más con bocas cerradas, haciendo saber a unos amigos que los invitamos al Hotel Correntoso el 28 de mayo a las 20.30 horas exactamente y que lo mantengan en secreto. Y a Teddy y Graziella Furlong pidiéndoles que nos inviten a mí y a Bernadette a cenar en el Hotel Correntoso esa noche, sin decirle nada a Bernadette.

El día siguiente, Bernadette escribía en su diario: “Entonces  fue una sorpresa, realmente no me lo esperaba. Anoche, gran reunión por mi cumpleaños. Anne y Gianni, Michel y Françoise, Teddy y Grazziella  Furlong con Carolina, Arlette, Bárbara, Adriana y Ricardo, Jean-Marie y Mirta y por supuesto Hélène y Pablo, Anita, Santi, Edouard y Valeria. Muy buena mesa, acompañado de discursos de Jean-Pierre y de Michel Van Ginderdeuren”. Jean-Pierre prometiéndome un viaje en el norte de Argentina”.

Acordamos con nuestros amigos Michel y Françoise Van Ginderdeuren realizar éste viaje, juntos y les dejamos organizar el periplo. Lo que hicieron maravillosamente. Por nuestra parte, solo teníamos que encontrarnos con ellos en Osorno el 17 de agosto y dejarnos llevar.

Pero antes de este gran viaje, el 13 de junio, Bernadette y yo salimos para hacer una pequeña gira por la provincia de Buenos Aires.

En Mar de las Pampas, sobre la costa Atlántica, nos recibieron Lucio y Celina (amigos-socios de Jean-Marie con quienes  adquirieron un conjunto de “bungalows” en éste lugar de veraneo). Las cabañas se encuentran bien ubicadas al lado de la playa. Aprovechamos esta agradable invitación para respirar el aire marítimo y conocer Cariló, Ostende, Pinamar, Clemente de Tuyu, etc. Después nos dirigimos hacia Guido, donde nos esperaban Teddy y Graziella Furlong en su estancia. Pasamos por General Madariaga, Las Armas, Maipú y en Guido salimos de la ruta 2 para llegar a su campo. En un momento pensamos que nos habíamos perdido, pero no. En varios lugares había mucho barro, por suerte pasó el auto.

Llegando a  la estancia.

Bernadette escribió en su diario:

“Para éste fin de semana largo, Teddy y Graziella esperan varios miembros de la familia. Con Graziella, hicimos un pequeño recorrido en un bosque muy bonito con diferentes especies: robles, castaños, acacias y muchas otras. Hay una laguna muy hermosa, muchos juncos con el canto de pájaros, patos, etc. El aire es muy fresco, pero es tan hermoso, la puesta de sol es maravillosa. La casa se divide en dos partes: La primera con comedor, cocina y varios dormitorios y por una galería pasamos a la segunda donde hay un gran salón y otros dormitorios y baños. Los techos tienen 4 metros de altura. Son enormes habitaciones. El agua caliente, proveniente de una fuente termal situada abajo del casco de la estancia, tarda más de cinco minutos en entrar. Pero es un remanso de paz. No hay internet ni teléfono celular. Para Teddy y Graziella es el lugar para reunir a su gran familia y amigos.

Reunión de familia a la espera del asado.

Al día siguiente, después del desayuno, nos dirigimos en una camioneta a ver el canal que atraviesa la estancia, por donde fluye el agua de la laguna y se dirige tranquilamente al Atlántico. Fue excavado en 1870. (¿Cómo explicar que hoy en día, gran parte de la Provincia de Buenos Aires se inunda a menudo por falta de canales, más fácil de realizar ahora gracias a todas las máquinas actuales? Es casi inimaginable que estos colosales movimientos de tierra se llevaron a cabo con los brazos de hombres cargando carros tirados por caballos).

El lugar es grandioso. Los jóvenes montan a caballo, hay suficiente espacio para largas caminatas, otros estaban entrenando polo.

Pero el fin de semana se termina y por la noche, las maletas se guardan en las camionetas, porque mañana hay clase y tienen  250 km para llegar a Buenos Aires. Cenamos alrededor de las 8 p.m., para que las madres ya no tengan que cocinar cuando lleguen a Buenos Aires”.

Después de éste hermoso fin de semana, no sabemos cómo agradecer a Graziella y Teddy por la muy buena estadía que pasamos con ellos y su familia. Afortunadamente las carreteras están secas. Nos dirigimos en dirección de Azul y alrededor de las 13:00 horas llegamos a Tandil. Pueblo muy bonito y muy limpio. Comemos algo en la plaza y luego visitamos una familia conocida en Villa La Angostura. A las 3:30 p.m. la ciudad se vació, mientras Argentina en ese 22 de junio del 2010 jugaba un partido de la Copa del Mundo de fútbol, ganando 1-0 a Grecia. Alrededor de las 5 p.m. llegamos al Monasterio trapense para encontrarnos con nuestro amigo Jean.

El MONASTERIO TRAPENSE « NUESTRA SEÑORA DE LOS ANGELES »
Jean viene a abrirnos la puerta.

Con la alegría de nuestro reencuentro, Jean nos lleva al Hotel del Monasterio.

Bernadette en la entrada del hotel.

“A las 17.30 horas hay Vísperas. Los monjes comen después, porque a las 19.35 horas todavía hay cantos. También comemos con Jean. Después de las canciones viene a pasar un rato más con nosotros, porque normalmente se van a dormir, y al día siguiente, a las 3:30 am, se encuentran en la iglesia”.

23 de junio: “El Monasterio es un verdadero lugar de paz y oración. Misa a las 6.30 am y luego varios servicios. Rosario por la tarde con un sacerdote americano. Por la mañana salgo a caminar, pero hay un viento terrible y me voy a casa, pero por la tarde es mejor. Jean viene a compartir nuestras comidas, que trae un hermano. Por la noche nos cuenta su experiencia como «Paracaidista Comando” en el Congo en 1960, y luego su viaje a África para llegar a Ciudad del Cabo y tomar allí un carguero vía Buenos Aires. En Sudáfrica, el apartheid estaba en pleno apogeo y los negros, bajo pena de prisión, no podían mezclarse con los blancos”.

Desde su nacimiento en Bélgica hasta sus votos como hermano trapense, Jean tuvo la oportunidad de conocer Europa, Argentina y África, lo que pocos jóvenes conocían en 1960. A pesar de su nacimiento en una familia acomodada, pero que sin embargo había conocido las restricciones de la guerra y los años de la posguerra, tuvo desde muy joven el gusto por el esfuerzo, la resistencia y el sentido de la economía. Fue entonces en la década de 1950 cuando lo conocí. Su padre acababa de partir hacia Sudamérica para explorar nuevos horizontes. Jean vivía con su madre, su hermano menor Eric, y sus dos hermanas en Tervuren, a 14 km. de Bruselas, de adonde llegaba en bicicleta, para encontrarnos en el Instituto Saint Boniface. Había un tranvía que le habría evitado este sacrificio, pero estos 28 km. diarios en bicicleta le proporcionaban un excelente entrenamiento físico. Además, Jean era buen estudiante y a menudo me ayudaba durante este segundo año de secundaria. Me recuerdo todavía el día, que Jean sobre un prado, vecino a su casa, me invitó a hacer mi primera y desastrosa experiencia de esquí. No me imaginaba en este momento, que vendría al otro lado del planeta a promocionar este deporte. En 1955 asistí a la salida hacia Argentina de toda su familia. El papá de Jean acababa de comprar una estancia ubicada en General Piran, a 300 km de Buenos Aires. Jean rápidamente tomó gustó por la vida del campo y me enviaba tarjetas de Año Nuevo con "Gauchos" cabalgando en espacios ilimitados. País que soñaba conocer. Así que un buen día de 1961, después de un viaje en motocicleta por las tres Américas, encontré a Jean en su estancia donde me ofreció a acompañarlo a trabajar en un pequeño rincón remoto de la Cordillera de los Andes. Su padre le había pedido administrar y valorizar un lote de 300 hectáreas, comprado durante un viaje familiar unos años antes. Jean había aceptado este desafío con la esperanza de poder ayudar a la población  local compuesta en su mayoría por descendientes de colonos llegados cuando aún no había carreteras, ni correo, ni policía, ni médico, ni escuela, ni juez de paz para registrar nacimientos, defunciones, matrimonios, etc. En 1960, Villa La Angostura, dependía todavía totalmente de la autoridad de Parques Nacionales. Los solares alrededor del puerto habían sido distribuidos a unas pocas familias aristocráticas del país con la condición de construir allí sus casas de vacaciones de verano. La población se distribuía en otros lotes con permisos precarios de Parques Nacionales para vivir allí con un mínimo de comodidades. El Parque Nacional había construido una escuela y en el garaje de la casa del Guardaparque estaba en funcionamiento por la mañana una sala de primeros auxilios con un médico pagado por la Provincia del Neuquén al igual que las maestras. El pueblo era de Parques Nacionales pero administrado por la Provincia. El padre de Jean estaba planeando una subdivisión en su propiedad, pero las regulaciones de Parques Nacionales entraban en conflicto con las de la Provincia. Al final se consiguió que se incorporaran a la Provincia 10.000 ha del área de Villa La Angostura. El pueblo se convertía en una “Isla Provincial” a dentro de un “Parque Nacional”. A pesar de muchas dificultades se pudo realizar el fraccionamiento (Barrio Once) que se vendió con pérdidas, debido a una de las muchas devaluaciones nacionales. Afortunadamente, nuestro entusiasmo continuó. Sobre todo porque un compañero “Paracaidista Comando” de Jean, Tom, había venido a colaborar con nuestra actividad de gastronómicos aficionados en nuestro Restaurante “Los Tres Mosqueteros”), que si bien nos daba pocos beneficios, había adquirido su derecho de piso y éramos bien considerados por toda la población.

Una noche, Jean nos anunció que al día siguiente nos dejaría para comenzar una nueva vida que sin duda contribuiría más al desarrollo del pueblo que su presencia entre nosotros. Se había sentido atraído por una vida contemplativa, fuera del mundo, en silencio, con oraciones y trabajo manual en el campo. En este momento, unos monjes trapenses, venidos de los Estados Unidos comenzaban a construir un monasterio en Azul (Provincia de Buenos Aires). Juan, recientemente nacionalizado argentino ingresó allí como el primer monje del país y participó activamente en la construcción del monasterio durante sus primeros años de seminario. Desde entonces, Jean se ha mantenido fiel a su vocación y ha rezado mucho por nosotros y por todo el pueblo.

Jueves 24 de junio: “Nuevo día de vida monástica. Jean comparte nuestra comida y nos lleva por el campo del monasterio. Todo está admirablemente organizado y los toros son de  raza pura e incluso campeones en los concursos rurales.

Los Campos en los alrededores del Monasterio.

Por la tarde nos damos un buen paseo, pero el viento es fuerte y bastante fresco. Temprano en la cama, porque hay que madrugar.

Al día siguiente, después de la misa de las 6.30 am y del desayuno, cierro las maletas y nos despedimos de Jean.

Pasamos por Pringles, Bahía Blanca, Rio Colorado,

En el centro de Pringles.

Choele Choel y Roca donde paramos en la casa de los padres de Gastón (amigo de ASUMIR) quienes nos reciben con un buen té y café. El papá hizo dos trabajos de madera, uno para nosotros y otro para ASUMIR. No quería que J-P le pagara. Luego continuamos hacia Cipolletti donde nos quedamos en el ACA. Por su parte, Edouard salió de Córdoba a las 14 horas y se bajará del autobús mañana por la mañana en Cipolletti a las 05:30 am”

27 de junio: “El autobús llegó más que a tiempo, porque Edouard ya estaba a las 5:25 am en el ACA donde durmió bien hasta las 9:00 am. Salimos sobre las 10h, mucho viento en contra en la carretera y llegamos a Andalué a las 15.30 horas”.

Durante el mes de agosto del 2010, nos estábamos preparando para nuestro viaje al norte de Argentina y Chile tratando de imaginar lo que íbamos a descubrir durante este viaje. Ya conocíamos bien el sur de Chile, pero sabíamos muy poco del norte de esta larga franja de tierra entre el Pacífico y la Cordillera. Dos mundos totalmente diferentes pertenecientes a un mismo país. En el sur todo es verde, en el norte todo es árido, de color gris. Es un desierto casi deshabitado mientras que en el sur cada metro cuadrado está ocupado. Las personas también son diferentes. Antes de la llegada de los españoles, el sur de Chile estaba dominado por los araucanos y el norte por los incas. Dos razas muy distintas, provenientes sin duda de distintas migraciones, venidas, desde hace más de diez mil años, quizás de la Polinesia en frágiles embarcaciones, mucho antes que Cristóbal Colón, o quizás venidos bajando desde la Ártico, después de haber cruzado el Estrecho de Bering y llegados después de varias generaciones al sur del continente. Estas  migraciones explicarían los diferentes tipos de rasgos asiáticos que encontramos a lo largo de las Américas. Desde las tribus de Norteamérica, pasando por  los aztecas de México a los Onas y Pehuenches de los alrededores del Canal de Magallanes, incluyendo los Mayas de Centroamérica y los Incas del Perú, de un nivel cultural superior al de los Araucanos. Mientras que los incas, setenta años antes de la llegada de los españoles, habían extendido su imperio sobre Perú, Ecuador, Bolivia y el noroeste argentino y tenían caminos de piedra que unían su dominio. Por su parte,  los araucanos vivían en tribus separadas, las más avanzadas ya cultivaban maíz y papas. . Cuando el Inca Tupac Yupangui quiso expandir su imperio hacia el sur (Rio Maule, sur de Chile), los araucanos se defendieron y gracias a un tratado de paz  mantuvieron sus culturas respectivas.

Nos íbamos a encontrar con los descendientes de los incas en las tierras altas de los Andes.

El 16 de agosto, salimos hacia Osorno donde nos encontramos con Michel y Françoise. Su hija Valérie nos llevó a Puerto Varas donde dormimos en un lindo hotel con vista al lago y especialmente a la lluvia torrencial, que es común en el sur de Chile. Pero no nos importaba porque al día siguiente íbamos a descubrir la sequía del desierto de Atacama, el lugar más seco del mundo, donde llueve menos de 100 mm de lluvia por siglo. Cuando llegó la hora de pagar la cena, se cortó la luz y no se volvió a encender hasta las 2 a.m. Nos dimos cuenta que eso no ocurre solamente en Villa La Angostura.

Al día siguiente, un taxi nos llevó al aeropuerto de Puerto Montt, desde donde volamos a Santiago (capital de Chile).

Mientras esperábamos nuestro segundo vuelo, admiraba las construcciones del aeropuerto, resistentes a los terremotos, similares a las que vimos en Nueva Zelanda. Dos países, separados por el Océano Pacífico, pero que padecen el mismo problema  y unen sus experiencias y descubrimientos. A las 4:10 pm volamos desde Santiago para aterrizar en Calama en el desierto de Antofagasta alrededor de las 6:15 pm donde nos esperaba el guía contratado por Michel.

La llegada a Calama

Ahora leamos el diario de Bernadette:

“Hace 17° y el sol se pone detrás de las montañas. Lamentablemente el camino a San Pedro de Atacama se hace a oscuras. Se tarda aproximadamente  una hora en llegar al hotel "Altiplánico". Construcción típica norteña, todo en adobe, edificaciones redondas, cortinas tejidas, lugar muy árido, pero mañana ya veremos.

Nuestro hotel Altiplánico 5 estrellas.

Mientras tomamos algo en el bar, hay una familia que habla francés, el señor es de Andorra, fotógrafo, había venido en 1998 a Villa La Angostura, a tomar fotos para la Dirección de Turismo Argentino y me cuenta que subió en telesilla con el "director del centro de esquí". Realmente no hay forma de viajar con J-P sin conocer a alguien que lo conozca. La mujer es chilena, instructora de esquí y su hija de 12 años, compite. Viven en Andorra”.

Miércoles 18 de agosto de 2010: “El lugar es maravilloso. Estos pequeños bungalows del hotel hechos de adobe representan las casas de los habitantes. Hay un aire muy puro y un cielo muy azul. Si lo desea, puede darse una ducha al aire libre. (Y eso en pleno invierno a una altitud de más de 2.400 metros). Hay una piscina, una especie de anfiteatro donde los cojines permanecen día y noche porque aquí casi nunca llueve. Después del almuerzo, fuimos al muy típico "centro" con sus casas bajas.

San Pedro de Atacama “City”

Visitamos  la antigua iglesia, de la época colonial, el techo es de madera de cactus y las vigas de algarrobo. A continuación, visitamos el museo arqueológico del padre Lepaige, un jesuita belga que ha realizado muchas investigaciones arqueológicas en la zona. Al mediodía, nos encontramos con amigos de Michel y Françoise que han venido a vivir aquí con sus dos hijos. Los amigos trabajan para el dueño de "Valle Nevado", que posee un  un terreno que estamos visitando. El suelo es extremadamente árido, es sorprendente que se pueda  cultivar algo, hay dunas y hermosos paisajes, hay que pagar el agua, todo el mundo tiene derecho a ella y todo está muy bien gestionado. Luego nos muestra dónde tiene su casa, realmente perdida entre dunas grises. Sala de estar, Sala de juegos; está todo afuera, pero vive todo el día en el polvo.

Al día siguiente nuestro chofer viene a recogernos a las 8 am.  Salimos hacia la aduana chilena que se encuentra a la salida de San Pedro de Atacama, afortunadamente los trámites son rápidos y emprendemos el cruce de la Cordillera. No nos damos cuenta de que estamos subiendo tan alto (San Pedro de Atacama se encuentra a 2.408 metros sobre el nivel del mar y el punto más alto del paso está a 4600 m). El paisaje es maravilloso, grandes llamas, vicuñas e impresionantes formaciones geológicas. (Este paso internacional está abierto todo el año, porque aquí en este altiplano de más de 100 km de este a oeste, rara vez nieva, y lo extraordinario es que a pesar del frío y la falta de combustible y vegetación hay habitantes en casitas muy precarias rodeadas de algunas llamas que les permiten sobrevivir a más de 4000 m, como los pastores del monte Everest).

La Aduana Argentina se encuentra a una altitud de 4.200 m con instalaciones rudimentarias. El descenso es aún más impresionante que la subida y llegamos a Purmamarca, al pie de la Sierra de los 7 Colores. Llamamos a Salta para confirmar la reserva del auto y el hotel.

20 de agosto: En Salta visitamos el museo Uriburu, una antigua casa colonial y de allí la iglesia de San Francisco, donde por casualidad, encontramos a Prisca (la sobrina de Jean Groverman), que guía a un grupo de 60 jóvenes, la invitamos a cenar esta noche. Le había enviado un correo electrónico, que no  había recibido. Eso es realmente providencial. Luego nos dirigimos a la plaza central con la Catedral que es muy bonita tanto por dentro como por fuera, allí se celebran misas continuamente. Después de visitar el Cabildo buscamos un lugar tranquilo para almorzar y una buena señora de 87 años nos aconseja muy bien "El solar del Convento". Ella nos dice que es un lugar para "gente fina" como nosotros. Tanto es así que reservamos para la cena con Prisca. Por la tarde visitamos el museo arqueológico de alta montaña. Se puede ver una momia que fue encontrada en 1999 a una altitud de 6.000 m junto a otras dos. Se dice que son las momias mejor conservadas del mundo. (Sin duda gracias al frío que reina a esta altura). De ahí subimos al Cerro San Bernardo, hay un teleférico, pero subimos en auto. Por la noche, cenamos con Prisca. Ella es una laica dedicada a Nuestra Señora y lo que hace es realmente maravilloso. Por un lado, tiene su vida espiritual y trabaja como guía autónoma para ganarse la vida.

Cenando con Prisca en Salta.

21 de agosto del 2010: El día promete ser muy bueno. Hoy es el cumpleaños de Paul, 30 años. Por suerte lo llamé por teléfono.  Partimos hacia Cafayate por la presa de Cabré Corral que no tiene nada de especial. Por otro lado, la quebrada de Las Conchas es espectacular. Hay varios lugares para fotografiar: La Garganta del Diablo, El Anfiteatro, El Fraile, El Obelisco y Los Castillos.

Vendedor de souvenirs al borde de la carretera de esta zona turística.
Bernadette en un panorama típico de la Provincia de Jujuy.

El hotel en Cafayate es muy bonito, es una vieja casona colonial.

A media cuadra parece que hay un aniversario y un infernal ruido de tambores. Por la noche, asistimos a misa en la iglesia de la plaza, es precisamente el día del catequista y de la Virgen. Hay mucha gente y sobre todo muchos jóvenes. La  misa fue muy emotiva (no hay duda que toda esta región está imbuida de una fe ferviente, hay muchas iglesias, siempre con gente rezando con mucha meditación). Luego cenamos en el "Macacha", un restaurante muy agradable en una hermosa casa. (Michel y Françoise tienen el arte de encontrar los mejores restaurantes y junto a ellos, disfrutamos de un recorrido gastronómico en este rincón más bien pobre de los Andes, tan diferente al nuestro, demasiado europeizado). Allí también se encuentra Andrés Calamaro, porque mañana dará un concierto de Tango en la Plaza”.

Domingo 22 de agosto del 2010: “Día muy bonito. Visitamos la “Bodega el Esteco”, muy interesante, por ser una de las más importantes y grandes de la zona, recorrido seguido de una degustación de vino blanco y tinto y posterior venta, pero no hay  espacio en el coche. Unido a la Bodega, se encuentra un espléndido hotel "Patios de Cafayate", que forma parte de la cadena de hoteles Hilton, es una espléndida casa con hermosos salones con exhibición de tapices, una fuente  y  varios patios.

Luego vamos a visitar las ruinas indígenas de Quilmes. A lo largo del camino hay unos viñedos muy bien cuidados. Las ruinas han sido restauradas.

Se encuentran a una altitud de 2.000 m. No se trata de las ruinas de Machu-Pichu, sino de una de las etnias más desarrolladas tecnológicamente del territorio argentino.  Eran los “Quilmes”.

Ciertamente Michel, gran amante de las cervezas (lo que constatamos durante el viaje), debe haberse preguntado qué conexión podría haber entre esta tribu de los “Quilmes” y la famosa cerveza argentina distribuida por todo el país. Aquí está su origen:

Cuando los españoles se asentaron en el noroeste argentino y fundaron allí la ciudad de Tucumán, los Quilmes vivían en el valle de Calchaquí, a 85 km al oeste de la ciudad de Tucumán, bajo un régimen sedentario, en una cooperativa muy bien organizada. Practicaban la agricultura con sistema de riego, ganadería, alfarería, cestería, cerámica, tejido, etc. Varias veces rechazaron valientemente a los conquistadores. Era un pueblo noble de origen quechua, en un antiguo territorio inca. Luego de varias ofensivas fallidas, el gobernador de Tucumán invadió el valle de Calchaquí, dejando a la tribu Quilmes sin agua ni comida. Así fueron reducidos a la esclavitud y diezmados en varias partes del país, algunos de los cuales fueron llevados encadenados a pie hasta el Río de la Plata, en los alrededores de Buenos Aires, a 1.200 km de su punto de partida. Donde fueron los primeros aborígenes de la zona y donde el lugar tomó su nombre. El resto es fácil de entender: la fábrica de cerveza Quilmes tomó el nombre del lugar.

“Al día siguiente, 23 de agosto, tomamos el camino a Cachi. Pero ayer, en la bodega, conocimos a dos jóvenes franceses que se habían quedado con unos belgas en San Carlos, en la “Vaca Tranquila”, que elaboran cervezas “Me echo la burra”. Entonces, después de visitar el pueblo y la iglesia, fuimos a su casa”.

Aquí está su anuncio.

“Llegamos una propiedad muy hermosa, gente agradable que ha viajado mucho por África, Nueva Caledonia y finalmente se han establecido en Argentina. Ellos ofrecen alojamiento, desayuno y  tienen vacas. Hacen queso y también la cerveza que probamos. Es muy buena y tiene un buen grado alcohólico. Compramos algunas botellas para nuestro picnic junto al camino de ripio, cuando encontremos algo de sombra debajo de un árbol. Hasta Molinos, el paisaje es realmente hermoso. Son más o menos las 17:30 cuando llegamos a Cachi, el pueblo nos decepciona, esperábamos algo mejor, por suerte el hostal “El Cortijo” es simpático. Caminamos hacia el centro. Es un pueblo típico del norte. Después de haber dormido bien, pasamos por el Parque Nacional Los Cardones y la Recta de Tintín y tomamos "La Cuesta del Obispo", todo en ripio, es realmente espléndido, pero gira y gira por encima de las nubes. Llegamos bastante temprano a San Lorenzo.

25 de agosto del 2010: “Hoy tomamos el camino de Cornisa para ir a Jujuy. Camino muy estrecho, pero todo asfaltado. Hermoso paisaje, pero subtropical nublado y con vegetación como si fuera otoño, es bastante triste. Realizamos una pequeña parada en San Salvador de Jujuy, nada especial como ciudad, ingresamos a la Catedral, la plaza es hermosa y mucha gente en las calles. Luego nos dirigimos a "Termas de Reyes", el entorno es muy bonito pero no hay sol. Aprovecho la piscina termal, no más de 20 ° y allí me encuentro con la hermana y la cuñada de Manucho Tanoira (amigo de Cumelén). Al día siguiente nos dirigimos a Purmamarca vía Villa Jardín de Reyes.

Purmamarca es realmente el lugar turístico por excelencia con su montaña de siete colores, dependiendo de la posición del sol.  Sus habitantes, la mayoría descendientes de los incas con sus numerosos quioscos de souvenirs artesanales, la mayoría de los cuales vienen en burros de la vecina Bolivia.

En la plaza central y las calles adyacentes, los puestos se enfrentan entre sí. Terrible competencia que mantiene los precios bajos.

Nuestro hotel en Purmamarca.

… Hacemos un paseo por el Cerro 7 Colores, hay lindos paisajes  y hermosos colores.

La montaña de los siete colores.

Mientras caminábamos, vino un niño a ofrecernos tres muñecas hechos, dijo, por su hermana, a un precio realmente económico. Lo hacemos feliz comprándole por unos centavos  las muñecas. Luego nos dimos cuenta de que se puede encontrar las mismas en los quioscos por menos dinero, ciertamente de producción masiva en Bolivia. Pasamos por el cementerio, muy original. Los difuntos están mejor alojados que los vivos.

Supermercado en Purmamarca

Luego de una tranquila noche, al amanecer después del desayuno, vamos a ver el Cerro de los 7 colores a pleno sol y para apreciarlo mejor subimos a otro pequeño cerro. Es realmente bello.

En Tilcara, visitamos Las Pucara, que son fortificaciones indígenas.

En la tarde devolvemos el coche porque al día siguiente nos viene a buscar nuestro guía para nuestro regreso a San Pedro de Atacama (Chile), donde llegamos a las 17 horas al hotel "EL Altiplánico". Nos acostamos temprano, porque mañana tendremos que levantarnos a las 4:45 a.m”.

29 de agosto: No hubo demasiados problemas para levantarse e ir a ver los géiseres del Tatio a dos horas de distancia. Cuando sale el sol, la actividad de los géiseres es tremenda. Hace mucho frío (-16°) pero es muy bonito. El lugar es maravilloso y nos quedamos allí casi dos horas. El conductor había traído el desayuno que tomamos alrededor de las 8 horas y hace hervir los huevos en un pequeño pozo de un géiser, además de calentar la leche. Fue agradable. También había una piscina con agua termal donde se bañaban algunas personas. Y todo esto bajo un cielo puro y azul.

Nosotros con los geiseres.

El agua subterránea se encuentra a una temperatura de 85 ° C, sometida a alta presión, la cual se escapa por grietas en la tierra, provocando chorros de vapor que alcanzan hasta 10 metros de altura.

A las 10 horas retornamos al hotel y por la tarde nos recogen para dirigirnos al Valle de la Luna y Valle de la Muerte, luego a una cueva de sal y un lugar donde hay un camino para hacer “Sandboard”, donde nuestro chofer nos prepara una copa de vino con almendras y pasas de uvas. Desde allí vemos el atardecer en el Valle de la Luna. Para ver bien hay que caminar y escalar las dunas. Muy buen show. Por la tarde nos dirigimos a un observatorio. Hay un cielo estrellado maravilloso con una pureza como en ningún lugar. Esta es la razón por la que se está construyendo un enorme observatorio con la participación de varios países europeos.

Pequeña capilla de los criadores de llamas.
Sandboard
Bernadette espeleóloga.

Nuestro guía luego nos lleva al “Salar de Atacama” con sus lagunas, flamencos y al fondo el volcán Lascar de 5.592 metros  muy a menudo en actividad. Más de 30 erupciones desde 1848. Uno de los volcanes chilenos más activos”.


El agua de estas lagunas proviene de la filtración subterránea de la Cordillera. El 96% se evapora y el 4% restante es cloruro de sodio (sal) y otros elementos.

Así termina nuestro viaje en estos paisajes secos y soleados, de regreso a nuestros paisajes siempre verdes y bien regados.

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